viernes, 28 de junio de 2013


Alquimia

Conversaciones y luchas con Dios

Paulo Coelho



Ilustración Vanessa Balleza vanessa@ballezarte.com.ve Traducción Montserrat Mira / www.paulocoelhoblog.com

En uno de mis libros, La quinta montaña, el personaje principal se rebela contra los designios de Dios y decide no escucharlo más. Me inspiré en un pasaje bíblico, cuando Jacobo lucha con Dios dentro de una tienda y solo le deja partir después de que Él lo bendice.

Del mismo modo que un joven sano necesita tener la dosis de rebeldía suficiente para enfrentarse a sus padres e imponer su leyenda personal, Dios también desea que ejerzamos el poder de nuestras decisiones.

Es muy fácil transferir la responsabilidad a los otros (o a Él) sólo para después culpar al mundo de la injusticia que nos rodea y del fracaso en nuestro interior. Pero ¿a dónde nos lleva esto? A ninguna parte.

Dios nos escucha. Dios nos toma en serio. Vale la pena recordar aquí otro episodio bíblico en el que esta facultad está claramente descrita: En el libro del Génesis (18:22-33) el Todopoderoso decide avisar a Abraham que destruirá Sodoma y Gomorra. Abraham no lo acepta: ¿por qué los inocentes deben ser sacrificados junto con los pecadores? Abraham va más lejos. Dice: "¿Cómo osáis hacer tal cosa, matar al justo junto con el impío?".

Y exige que Dios se comprometa a no destruir la ciudad si allí vivieran 50 justos. Dios se compromete, Abraham regatea diciendo que sería absurdo, en el caso de que faltaran solo 5 para formar los 50 justos, que Él tomara tal decisión. Dios acepta no destruir la ciudad si allí vivieran 45 justos, o 30, o 20, o 10... Dios acepta cada uno de los argumentos de Abraham y promete cambiar de idea.

Sabemos que, en la Biblia, Dios destruye Sodoma y Gomorra, y apenas salva a una familia. Pero, antes de tomar esta decisión, Él estaba abierto al diálogo.

Temer a Dios no significa tener miedo de Dios.

Dios está mucho más abierto a una conversación de lo que imaginamos; basta solo comenzar el diálogo.

La reflexión De Frederick Buechner ( The Magnificent Defeat) "Dialogamos con Dios a través de la oración. Rezar es quebrar el silencio, es la necesidad de reconocer y ser reconocido. El rezo es el sonido creado por lo más profundo de nuestros sentimientos.

"No me estoy refiriendo apenas a los rezos formales que decimos en la iglesia o en el cuarto, antes de dormir. Yo hablo de los fragmentos de oración que las personas usan incluso diciendo que no creen en nada, sin siquiera notar que están rezando. Algo inesperado sucede y las personas dicen: `¡Dios mío!’, o `¡Virgen santa!’, y allí hay un rezo, muchas veces oculto.

"La oración es un instinto humano de abrirse a aquello que tiene de más profundo. Es imposible evitar ese instinto. De una forma u otra, todas las personas rezan y rezarán desde el comienzo de los tiempos".

Otro nombre Un hombre se dirigió a su amigo: - Hablas de Dios como si lo conocieras personalmente, y hasta supieras el color de sus ojos.

¿Por qué esta necesidad de idear algo en lo que creer? ¿Cómo es que no puedes vivir sin eso? -¿Tú tienes alguna idea de cómo fue creado el universo? ¿Sabes explicar el milagro de la vida? -Todo lo que nos rodea es fruto de la casualidad.

Las cosas suceden.

-De acuerdo. Entonces, "las cosas suceden" es apenas otro nombre de Dios.

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