jueves, 13 de mayo de 2010

Estamos criando vagos?

Estamos criando vagos?

11 Mayo, 2010 · 6 comentarios

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Hay que llamarlos varias veces en la mañana para llevarlos a la escuela. Se levantan irritados, pues se acuestan muy tarde hablando por teléfono, viendo tele o conectados a la internet.No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos ponen un dedo en nada que tenga que ver con ‘arreglar algo en el hogar’. Idolatran a sus amigos y viven poniéndoles ‘defectos’ a sus padres, a los cuales acusan a diario de que ‘están pasaos’. No hay quien les hable de ideologías, de moral y de buenas costumbres, pues consideran que ya lo saben todo.Hay que darles su ‘semanal’ o mesada de la que se quejan a diario porque ‘eso no me alcanza’.Si son Universitarios, siempre inventan unos paseos de fin de semana que lo menos que uno sospecha es que regresarán con un embarazo o habiendo fumado un pito de marihuana.Definitivamente estamos rendidos y la tasa de retorno se aleja cada vez más, pues aún el dí­a en que consiguen un trabajo hay que seguir manteniéndoles.Me refiero a un segmento cada vez mayor de los chicos de capas medias urbanas que bien pudieran estar entre los 16 y los 24 años y que para aquellos padres que tienen de dos a cuatro hijos, constituyen un verdadero dolor de cabeza.
¿En qué estamos fallando?Para los nacidos en los cuarenta y cincuenta, el orgullo reiterado es que se levantaban de madrugada a ordeñar las vacas con el abuelo; que tení­an que limpiar la casa; que lustraban sus zapatos; algunos fueron limpiabotas y repartidores de diarios; otros llevábamos al taller de costura la ropa que elaboraba nuestra madre o tení­amos un pequeño salario en la iglesia en donde ayudábamos a oficiar la misa cada madrugada.Lo que le pasó a nuestra generacion es que elaboramos un discurso que no dio resultado:

‘¡Yo no quiero que mi hijo pase los trabajos que yo pasé!’.Usted por que tiene lo que tiene…. Por que le costó esfuerzo… sacrificios, y así es que se aprende a valorar los esfuerzos de los padres y no acostumbrar a nuestros hijos a recibir todo por obligación.

Nunca conocieron la escasez, se criaron desperdiciando, a los 10 años ya habí­an ido a Disney World dos veces, cuando nosotros a los 20 no sabí­amos lo que era tener un pasaporte. El ‘dame’ y el ‘cómprame’ siempre fue generosamente complacido y ellos se convirtieron en habitantes de una pensión con todo incluido, (TV, Dvd, Equipo de sonido, Internet y comer en la cama, Recogerle el reguero que dejan por que siempre se les hace tarde para salir…) y luego pretendemos que fuera un hogar o exigir o preguntarnos, por que nuestros hijos, se aíslan, no comparten con nosotros, cualquier cosa es mejor que sus padres o una actividad familiar. Quien les suministro todo eso a nuestros hijos……NOSOTROS MISMOS, SOLITOS Y SABIENDO QUE NO ESTABA BIEN. Al final se marchan al exterior a la conquista de una pareja y vuelven al hogar divorciados o porque la cosa ‘se les aprieta’ en su nueva vida. Los que tienen hijos pequeños, pónganlos los domingos a lavar los carros y a limpiar sus zapatos a ganarse las cosas. Un pago simbólico por eso puede generar una relación en sus mentes entre trabajo y bienestar. Las hijas mujeres deben desde temprano aprender a manejar el hogar para que entiendan la economí­a doméstica en tiempos que podrí­an ser mas difí­ciles, y porque ellas tienen una conciencia mas amplia del orden y la prosperidad del hogar. La musica metálica, los conciertos, la tele, la moda y toda la electrónica de la comunicación han creado un marco de referencia muy diferente al que nos tocó, y ellos se aprovechan de nuestra supuesta desinformación para salirse con la suya. Estamos forzados a revisar los resultados, si fuimos muy permisivos o si sencillamente hemos trabajado tanto, que el cuidado de nuestros hijos queda en manos de las domésticas y en un medio ambiente cada vez mas deformante y supuestamente por nuestro cargo de conciencia de no tener mucho tiempo con ellos, subsanarlo con cosas materiales.. Ojala que este mensaje llegue a los que tienen ‘muchachos chiquitos’, pues ya los abuelos pagaron la transición…

NUNCA ES TARDE PARA CAMBIAR Y RECUERDEN ES MEJOR TARDE QUE NUNCA, NUESTROS HIJOS ALGUN DIA LO VAN A AGRADECER.

César Mella
Psiquiatra

domingo, 2 de mayo de 2010

Qué hacer y qué no hacer en estos tiempos de luz

Clásicos Gerenciales
Qué hacer y qué no hacer en estos tiempos de luz

Juan Carlos Caramés

En los últimos meses, todos hemos sido víctimas de los frecuentes y anunciados, ya programados cortes de corriente eléctrica en Venezuela. No me quiero referir a la parte técnica de este problema, sino a las consecuencias conductuales que este fenómeno está ocasionando en muchos venezolanos.

Es algo nuevo, por supuesto no deseado y hasta rechazado. Todos sabemos las razones de esta problemática, de las cuales no trata este artículo, pero en mis conferencias cuando pregunto “¿Qué sentimientos te generan, cuando estás tranquilo en tu casa, en el trabajo o divirtiéndote, estos cortes programados de corriente eléctrica?”. De inmediato se escucha como una especie de rugido que sale de entre los dientes y poco a poco la gente empieza a pronunciar correctamente sus respuestas. Quiero destacar las que más comentan:

- Me llena de fastidio.

- Rabia, me enciendo de calentura.

- Siento profunda frustración e impotencia.

- Un sentimiento de pérdida de tiempo.

- Decepción y desesperanza.

- Flojera, inactividad y pasividad.

- Temor y miedo.

- Disconformidad.

- Incapacidad e impotencia.

- Incertidumbre con decepción.

- Indignación y vergüenza.

- Inoperatividad e inapetencia.

- Amargura llena de molestia.

- Impaciencia, pena y melancolía.

- Intranquilidad y desasosiego.

- Desaliento, ansiedad y hastío.

- Odio, desprecio y rencor.

- Repugnancia y desolación.

¿Qué podemos hacer al respecto, para dejar de sentir así?

Como podemos observar es larga e impactante la lista de las percepciones que he encontrado. Pero lo que me llama poderosamente la atención, es la fuerte tendencia de sentimientos que minimizan y justifican comportamientos de paralización. Es como que si de verdad, también a nosotros nos desconectaran (o permitimos desconectarnos).

Es recomendable reflexionar sobre esta situación y evitar que estos sentimientos dominen tu reaccionar. Sabemos que no es sencillo buscar una postura distinta ante semejante realidad, pero “Tu Realidad Interior” sí la puedes administrar. Sí puedes cambiar tus reacciones, sí puedes disminuir el tiempo que inviertes en hervir tu sangre cada vez que un corte de energía eléctrico ocurre. Sé que con esto no vas a resolver el problema, pero sí garantizarás no enfermarte en el corto plazo por afectar tu sistema inmunológico. Los cortes son frecuentes y cada vez que ocurren, estás aumentando la intensidad de la rabia que estás reflejando ante tal situación. Ello afecta tu humor, optimismo, positivismo, tus ganas de accionar y generar la energía que enciende la pasión de tu vida. Nunca permitas que nada ni nadie te quite la chispa que ilumina tu existencia.

En otro sentido, así como hago la pregunta del sentimiento que genera esta situación en los participantes, también aprovecho para hacer otras interrogantes... Una de ellas es “¿Qué haces cuando se va la luz?”

Estas son algunas de las centenares de respuestas que recibo:

- Invertir tiempo en hablar con la familia, hasta que llegue nuevamente la electricidad.

- Salir a la calle, para hacer pasar el tiempo.

- Miro las estrellas y los aviones que pasan.

- Me relajo.

- Me da mucho sueño y me pongo a dormir.

- Jugar con aparatos electrónicos de pilas.

- A esperar a esperar.

- Me pongo a ordenar, limpiar, hacer algo que no dependa de la electricidad.

- A leer.

- Miro el reloj a ver pasar el tiempo.

- Me pongo a pensar en las cosas pendientes a nivel personal.

- Salgo a comer afuera.

- Trabajo en mi computadora portátil.

- Juego con mis hijos.

- Por un buen rato no hago nada de la rabia que me genera lo que está pasando.

Si analizamos, en profundidad, los argumentos planteados, podemos concluir que mucha gente se está convirtiendo en un profesional de la perdedera del tiempo, en un licenciado del arte del postergar, en una magíster de la flojera y en un ejecutivo de la complacencia.

Evita caer en esta tentación.

Cuida que no te atrape la cultura de acostumbrarte a desperdiciar el recurso más intocable que tenemos los seres humanos, “El Tiempo”. Es muy cortico, a veces no pasa de 600.000 horas de vida. Por el contrario, dedícate a reinvertirlo mejor, a sacar un distinto provecho ante esta dificultad.

Modifica tus horarios, reencuadra actividades, deja para los cortes de corriente eléctrica esas cosas que sí puedes hacer a la luz de una vela o linterna. Pero evita dedicarte a hacer nada, a generar un nuevo estilo de costumbre que te convertirá en su “Ser Menos”.

Para mí, la problemática de los cortes de electricidad es que está dejando sin energía de vida a muchos venezolanos, está alterando su capacidad de ganas (los está como apagando), y se está engendrando nuevos vicios que afectan su calidad de trabajo.