domingo, 21 de julio de 2013

A CUALQUIERA LE PUEDE PASAR

Clásicos Gerenciales
A cualquiera le puede pasar…
Por: Juan Carlos Caramés Paz
Vive hoy, que es lo único que siempre tenemos…
Un día normal, como cualquiera, un hombre murió intempestivamente…
Al darse cuenta vio que se acercaba un Ser muy especial que no se parecía a ningún Ser Humano. LLevaba una maleta consigo, la cual le llamó poderosamente la atención.
De la nada, el Ser diferente pronunció unas palabras, diciéndole: Bien amigo mío, es hora de irnos, soy la muerte…
El hombre asombrado le preguntó a la muerte: « ¡Ya… tan pronto! Tengo muchos planes por ejecutar todavía.
Lo siento amigo, pero es el momento de tu partida.
¿Qué traes en esa maleta? Y la muerte le contestó: « Tus pertenencias… »
¿Mis pertenencias?
¿Son mis cosas, mis ropas, mi dinero?
Lo siento amigo las cosas materiales que tenías, nunca te pertenecieron, eran de la tierra.
¿Traes mis recuerdos?
Lo siento amigo,  esos ya no vienen contigo. Nunca te pertenecieron, eran del tiempo, y en el tiempo se quedaron.
¿Traes mis talentos?
Lo siento amigo pero esos nunca te pertenecieron. Eran de las circunstancias.
¿Traes a mis amigos, A mis familiares?
Lo siento amigo pero ellos nunca te pertenecieron, eran del camino.
¿Traes a mi mujer y a mis hijos?
Lo siento amigo, ellos nunca te pertenecieron. Eran de tu corazón.
¿Traes mi cuerpo?
Lo siento amigo, ese nunca te perteneció, es propiedad de la tierra.
¿Entonces, traes mi alma?
Lo siento amigo pero ella nunca te perteneció… era del Universo.
Entonces el hombre lleno de miedo arrebató  a la muerte  la maleta y al abrirla, se dio cuenta que estaba vacía. Con una lágrima de desamparo, brotando de sus ojos, el hombre le dijo a la muerte: ¿Nunca tuve nada? Sí… amigo mío… cada uno de los momentos que viviste fueron sólo tuyos.
La vida es sólo un momento, un momento todo tuyo, disfrútalo en su totalidad. Por eso Vive el AHORA, Vive tu VIDA. Quizá mañana esto no vuelva a ocurrir.
Todos tenemos momentos, pero hay veces que los dejamos escapar, otros que los estropeamos y algunos, que ni sabemos si son los más importantes. Por todo ello, es bueno que nunca olvides las siguientes recomendaciones…
Puedes tener defectos, vivir ansioso y estar irritado algunas veces, pero no te olvides que tu vida es la mayor empresa del mundo. Solo tú puedes evitar que ella vaya en decadencia.
Hay muchas personas que te precisan, admiran y te quieren. Me gustaría que siempre recordaras que ser feliz no es tener un Cielo sin tempestades, caminos sin accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones.
Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros. Ser feliz no es solo valorizar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza.
No es apenas conmemorar un suceso, sino aprender lecciones en los fracasos. No es apenas tener alegría con los aplausos, sino encontrar alegria en el anonimato.
Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafios, incomprensiones y períodos de crisis.
Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista de quien sabe viajar por dentro de su propio ser. Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y volverte un actor de la propia historia.
Es atravesar desiertos fuera de si, más ser capaz de encontrar un oasis en lo recóndito de nuestra alma.
Es agradecer a DIOS cada mañana, por el milagro de la vida.
Ser feliz es no tener miedo de los propios sentimientos. Es saber hablar de tí mismo. Es tener coraje para oir un “NO”. Es tener seguridad para recibir una critica, aunque sea injusta. Es usar las lágrimas para regar la intolerancia.
Es besar a los hijos, mimar a los padres y tener momentos poéticos con los amigos,  aunque a veces ellos nos hieran. Es tener madurez para decir “ME EQUIVOQUE”. Es tener la osadia para decir “PERDONAME”. Es tener sensibilidad para expresar “TE NECESITO”. Es tener capacidad de decir “TE AMO”.
Ser feliz, es enfrentar el temor, y llenarlo de un significado, como el que una vez escribió Ernest Hemingway :
“Temía estar solo, hasta que aprendí a quererme a mí mismo. Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso cuando no lo intento. Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta que de todos modos opinan.
Temía me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mi mismo. Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer. Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía al odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia. Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mí mismo. Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.
Temía al pasado, hasta que comprendí que es sólo mi proyección mental y ya no puede herirme más. Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella. Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar”.
Hay que vivir ligero porque el tiempo de morir está fijado.

viernes, 28 de junio de 2013


Alquimia

Conversaciones y luchas con Dios

Paulo Coelho



Ilustración Vanessa Balleza vanessa@ballezarte.com.ve Traducción Montserrat Mira / www.paulocoelhoblog.com

En uno de mis libros, La quinta montaña, el personaje principal se rebela contra los designios de Dios y decide no escucharlo más. Me inspiré en un pasaje bíblico, cuando Jacobo lucha con Dios dentro de una tienda y solo le deja partir después de que Él lo bendice.

Del mismo modo que un joven sano necesita tener la dosis de rebeldía suficiente para enfrentarse a sus padres e imponer su leyenda personal, Dios también desea que ejerzamos el poder de nuestras decisiones.

Es muy fácil transferir la responsabilidad a los otros (o a Él) sólo para después culpar al mundo de la injusticia que nos rodea y del fracaso en nuestro interior. Pero ¿a dónde nos lleva esto? A ninguna parte.

Dios nos escucha. Dios nos toma en serio. Vale la pena recordar aquí otro episodio bíblico en el que esta facultad está claramente descrita: En el libro del Génesis (18:22-33) el Todopoderoso decide avisar a Abraham que destruirá Sodoma y Gomorra. Abraham no lo acepta: ¿por qué los inocentes deben ser sacrificados junto con los pecadores? Abraham va más lejos. Dice: "¿Cómo osáis hacer tal cosa, matar al justo junto con el impío?".

Y exige que Dios se comprometa a no destruir la ciudad si allí vivieran 50 justos. Dios se compromete, Abraham regatea diciendo que sería absurdo, en el caso de que faltaran solo 5 para formar los 50 justos, que Él tomara tal decisión. Dios acepta no destruir la ciudad si allí vivieran 45 justos, o 30, o 20, o 10... Dios acepta cada uno de los argumentos de Abraham y promete cambiar de idea.

Sabemos que, en la Biblia, Dios destruye Sodoma y Gomorra, y apenas salva a una familia. Pero, antes de tomar esta decisión, Él estaba abierto al diálogo.

Temer a Dios no significa tener miedo de Dios.

Dios está mucho más abierto a una conversación de lo que imaginamos; basta solo comenzar el diálogo.

La reflexión De Frederick Buechner ( The Magnificent Defeat) "Dialogamos con Dios a través de la oración. Rezar es quebrar el silencio, es la necesidad de reconocer y ser reconocido. El rezo es el sonido creado por lo más profundo de nuestros sentimientos.

"No me estoy refiriendo apenas a los rezos formales que decimos en la iglesia o en el cuarto, antes de dormir. Yo hablo de los fragmentos de oración que las personas usan incluso diciendo que no creen en nada, sin siquiera notar que están rezando. Algo inesperado sucede y las personas dicen: `¡Dios mío!’, o `¡Virgen santa!’, y allí hay un rezo, muchas veces oculto.

"La oración es un instinto humano de abrirse a aquello que tiene de más profundo. Es imposible evitar ese instinto. De una forma u otra, todas las personas rezan y rezarán desde el comienzo de los tiempos".

Otro nombre Un hombre se dirigió a su amigo: - Hablas de Dios como si lo conocieras personalmente, y hasta supieras el color de sus ojos.

¿Por qué esta necesidad de idear algo en lo que creer? ¿Cómo es que no puedes vivir sin eso? -¿Tú tienes alguna idea de cómo fue creado el universo? ¿Sabes explicar el milagro de la vida? -Todo lo que nos rodea es fruto de la casualidad.

Las cosas suceden.

-De acuerdo. Entonces, "las cosas suceden" es apenas otro nombre de Dios.


Inspirulina

Todo lo demás es pasajero Cuando más allá de la tormenta sientes un vínculo que supera todos los truenos, sabes que existe una energía que honrar y ante la cual rendirte.





Eli Bravo



Ilustración Alejandro Ovalles jaoc28@yahoo.com

Hay conversaciones que preferiría no tener. Por ejemplo, las que tengo en mi cabeza cuando estoy peleado con mi esposa. Aparte de predecibles, estos diálogos mentales suelen tomar caminos largos y tortuosos que por lo general me llevan a un callejón sin salida.

Imagino que conoces la dinámica: recuerdas algo que te dijeron, elaboras una respuesta, especulas la siguiente frase y en menos de un minuto estás con un humor de perros.

Y todo ocurre mientras te duchas, sin cruzar palabra o miradas con la otra persona.

Nada mejor que los malos momentos para poner en práctica las cosas buenas que hemos aprendido.

Escribir sobre bienestar y armonía es un paseo cuando estoy del humor más brillante; pero es en las zonas opacas donde debo echar mano a las reservas.

Practica lo que pregonas, me digo a mí mismo, y en ese momento hago el ejercicio de meterle freno al diálogo interno y ver las cosas tal y como son.

Por supuesto que no es como bajar un interruptor.

Esta vez pasamos varios días bailando el guaguancó de las miradas torcidas. Ni siquiera besito antes de dormir. Y te aseguro que no salió a flote la mejor versión de mi ser.

En ese tiempo de pelea sucedió además otra cosa: se me alborotó el velcro en la cabeza. Me explico: nuestra mente tiene la capacidad de funcionar como un velcro cuando se trata de experiencias y recuerdos negativos; en cambio, para los asuntos más felices y positivos se comporta como un teflón. De cierta forma lo malo se pega y lo bueno nos resbala.

La psicología evolutiva indica que esta fue una herramienta de supervivencia durante decenas de miles de años. Nuestros ancestros habitaban un mundo peligroso y debían mantenerse alerta y recordar las amenazas a menos que quisieran pasar la noche en la barriga de un depredador. Pero ahora que no huimos de las bestias (al menos de aquellas bestias) aún conservamos la tendencia a fijar la atención en lo malo.

Te pongo un ejemplo. Ante una pared blanca con una manchita negra, ¿qué ves? Inútil decirlo, durante los días de pelea veía un inmenso agujero negro en el universo blanquito de nuestro amor.

Y entonces pasaron varias cosas. Hablamos. Discutimos. Seguimos hablando. Volvimos a discutir.

Nos abrazamos. Nos vimos realmente, y lo más importante (al menos para mí), le dije al playlist so- nando en mi cabeza que metiera pausa. Esa no era la conversación que quería tener, sino la real, con ella.

Porque teníamos cosas que decirnos, pero sobre todo, que escucharnos.

Además saqué el foco de atención del agujero para observar todo el universo y descubrí (una vez más) que el presente es mucho más rico y amoroso de lo que me enfrasco en observar. En perspectiva esta pelea fue apenas un instante del que podíamos sacar algún aprendizaje, y si no era el caso, era uno de los vaivenes naturales tras una década haciendo vida juntos.

Ahora que los pies se entrelazan de nuevo bajo las sábanas me convenzo de que lo mejor de la pelea no es la reconciliación, sino la oportunidad de conocer (nos) mejor y explorar (nos) más a fondo.

Cuando más allá de la tormenta sientes un vínculo que supera todos los truenos, sabes que existe una energía que honrar y ante la cual rendirte. Todo lo demás es pasajero.

lunes, 24 de junio de 2013

Feliz dia, regreso a mis blogs, a continuar expresando lo que considero prudente. Ya no estoy en facebook, asi que ahora los que quieran leerme, aqui tendran una buena oportunidad de hacerlo.

sábado, 15 de junio de 2013

Clásicos Gerenciales
Repotencia tus ganas para lo que sea
Por Juan Carlos Caramés Paz
“La manera de funcionar de tu mente sin duda te afecta. Pienses que la vida es fácil o pienses que la vida es dura, en ambos casos acabarás por tener razón”…Ernie Zelinsky
 ¿Con quién estás caminando hoy? 
¿Con quién estás compartiendo tus almuerzos, tus salidas, tu tiempo? 
De la calidad de las relaciones que establezcamos dependerá directamente el nivel de éxito que experimentemos. Y, de la calidad de la conversación que sostengas, sobre todo, esas que duran más de diez minutos, no solo influenciarás la potencia de tu ánimo, sino también la energía de un éxito futuro. 
Muchos de los esfuerzos y las energías de que disponemos para encarar un proyecto, un sueño (aunque sea factible o increíblemente imposible) se derrumbarán si nos alineamos a personas inadecuadas, a personas negativas, que hasta intoxican una conversación. Habrá quienes se propondrán amargarte la vida (y hasta decirte que nunca lo lograrás) y otras que serán tus mentores y te ayudarán a subir un escalón más. 
André Maurois dijo una vez... “Los seres más mediocres pueden ser grandes sólo por lo que destruyen”. Muchas veces somos el promedio de las cinco personas, con las cuales pasamos más tiempo. Por ello es bueno revisar con quién caminas hoy, y con quién deseas hacerlo mañana. 
Analiza tus relaciones: ¿Quiénes te han estado acompañando hasta hoy? 
¿Has avanzado? 
¿Te has estancado? 
¿Qué logros has adquirido? 
¿Has ganado oportunidades o perdido beneficios que ya habías adquirido? 
¿El balance es positivo o negativo? 
Durante años nos dispusimos a sobrevivir, nos subimos a la máquina todos los días y desde allí avanzamos sin discernir la calidad de relaciones que a diario íbamos estableciendo y el efecto que éstas producían. 
¿Cuántas veces establecimos pactos, sociedades o convenios que nos paralizaron? 
Charles Handy dice: “No todo el mundo va a optar por experimentar con su propia vida. Es demasiado arriesgado. Resulta triste, porque entonces estamos condenados a vivir en cajas que nosotros mismos nos hemos fabricado o que hemos permitido que otros fabriquen para nosotros”. 
Tal vez, las relaciones interpersonales que hoy tienes interfieren en el resultado de tus objetivos. Esto no implica necesariamente que las personas en cuestión tengan malas intenciones, sino que llegaron a un tope y allí decidieron quedarse, permanecer seguras y tranquilas en lugar de seguir soñando. 
Los científicos afirman que una persona media elabora al día entre setenta mil y noventa mil pensamientos. Si decidiéramos ejecutar tan sólo uno o dos por día, ¿te imaginas los resultados que obtendríamos? Confía en tu instinto y no te detengas. Si te equivocas, levántate y sigue. 
Kevin Nelly dice: “Respeta tus errores. Un truco sólo da resultado durante cierto tiempo, hasta que todos los demás aprenden a hacerlo. Para avanzar se necesita un nuevo juego”. 
¿Qué decidirás ser hoy? ¿Un ganador o un conformista? Dependerá de ti. 
¿Quiénes aceptarás que te acompañen en este nuevo proceso? Dependerá de ti. 
¿Quiénes formarán parte de tu red de relaciones interpersonales? Dependerá de ti. 
En cualquier trabajo, la diferencia entre ser grande o ser mediocre, estriba en poseer o no la imaginación y el entusiasmo para re-crearse uno mismo todos los días. 
Tenemos por delante una gran tarea: transformar nuestra red de relaciones interpersonales, alejarnos de aquellos que son negativos y pesimistas, y sumar a los que tienen una mente abierta al cambio, frescura a la superación y a la mejora continua. Cuanto mayor sea su red de relaciones, cuantas más personas conozcas, más poder e influencias irás acumulando a tu favor y servicio, para todo lo que te propongas en la vida. 
Por todo ello, hacemos una pequeña recomendación: 
- Acude a las fiestas, exponte para que conozcas y te conozca. 
- No desperdicies una sola comida sin compañía: cerca de 40 semanas de trabajo al año, quitando fiestas, dan 200 oportunidades para establecer relaciones al mediodía. 
- Estudia hasta el último extremo todo lo referente a tus relaciones. 
- Gana credibilidad “desde fuera hacia dentro”, evitando así el politiqueo interno: hazte tan indispensable para los de afuera, que los de dentro no puedan atreverse a tocarte ni con guantes. 
Las personas huelen el compromiso personal (o la falta de él) desde una milla de distancia. 
Devuelve las llamadas lo antes posible. 
Estás capacitado para revertir cualquier situación, romper con la mediocridad y ser el profesional, el hombre o la mujer exitosa que está dentro de ti. 
 ¡Claro que lo puedes hacer! 
 “Solo una persona conformista está siempre en su mejor momento”. William Somerset Maugham
@juanccarames
juancarloscaramespaz@gmail.com

martes, 11 de junio de 2013

De la Libertad de Tránsito en la Venezuela de la V República



De la Libertad de Tránsito en la Venezuela de la V República

Tengo un amigo que me dijo que tiene un amigo que dice que le gustan más los gatos que los perros, porque no hay “gatos policías”. Y nos guste o no, el Poder de Policía, ejercido por el Estado a través del Cuerpo de Policía –la Policía- es un mal necesario en este sistema mundial. Es decir, en la “sociedad ideal”, la sociedad basada en la Solidaridad y la Igualdad, que consecuentemente fructificarían en Justicia y Paz, no existiría la Policía, ya que independientemente de otras funciones que asuma o se le atribuyan, esta es una fórmula de la sociedad organizada en estado, de naturaleza represiva. Es decir, es un poder creado para controlar y reprimir aún en sociedades avanzadas, quiero decir sociedades con un grado importante de apego al respeto a los derechos ciudadanos y civiles, por ejemplo Cuba –país donde estuve en un par de ocasiones- y Noruega –país donde tengo afectos cercanos-.
En otras sociedades con grado de avance importante, especialmente en el llamado “Primer Mundo”, EE UU. y España –sólo para citar dos ejemplos-, el ciudadano común se ve cubierto de una manera más real por esto que técnica y jurídicamente se conoce como Estado de Derecho. O sea, las personas pueden circular, trabajar y divertirse con amplia libertad individual, siempre y cuando no infrinjan las normas y las leyes; es decir “usted es dueño de su vida y de su quehacer, mientras no se demuestre o presuma con evidencia real, que está contraviniendo alguna norma o ley”. En términos jurídicos se expresa “la buena fe se presume, la mala fe se demuestra”, o como lo vemos en las series de televisión: “toda persona es inocente hasta que se demuestre su culpabilidad”.
Para citar un ejemplo, es por eso, por el Estado de Derecho, que en los organizados países del llamado Primer Mundo sea tan fácil ser un inmigrante ilegal… ACLARACIÓN: un “inmigrante ilegal” no es un delincuente, es alguien que está en un país que no es el suyo y simplemente carece de la documentación que lo legitima como habitante de ese país. Por ejemplo: una gran cantidad de venezolanos tiene al menos un pariente o un amigo viviendo “ilegalmente” en los EE UU. ¿Cómo es posible que en un país tan organizado y controlado, con policías bien entrenadas y equipadas, donde no es tan fácil el soborno y la “matraca”, sea tanto el inmigrante ilegal? Sencillamente porque los policías están aplicados y coordinados para tareas más importantes y efectivas que estar parados en un parque público o una avenida exigiéndole documentos a cada persona que pasa. Esa práctica, aparte de ser muy pobre en resultados reales y contribuir al malhumor general, está en contra del Estado de Derecho y en mayor o menor grado, es una característica de los regímenes dictatoriales.

En Venezuela, aún a pesar de la pésima o inexistente Educación Cívica, la gran mayoría del pueblo, la gran mayoría de El Soberano, vive y se desenvuelve dentro de la ley. Los infractores, los delincuentes, los ilegales son una pequeña minoría. En un país con un Estado de Derecho real y funcional no se molesta a cientos de transeúntes porque por ahí cae uno sorprendido en un ilícito. No se puede parar y controlar la carga y los papeles de cada camión que traspone una frontera estadal, porque eso es pérdida de tiempo (que se traduce en costos en un país con redes viales colapsadas), porque es una práctica muy pobre en resultados reales e insume cantidades significativas de recursos humanos que podrían aplicarse a tareas más constructivas y efectivas, y contribuye al malestar del trabajador honesto; aun más, contribuye a la extorsión, el soborno y la matraca, está en contra de la presunción de buena fe, y violenta el Estado de Derecho Constitucional. Estoy seguro que –si las hay- las estadísticas mostrarán claramente que la detección, seguimiento y neutralización de elementos delictivos, es mayoritariamente resultado de operaciones de inteligencia, denuncias o delaciones, y no de dos policías novatos exigiendo papeles a un ciclista, o un guardia nacional revisando ávidamente el empaque de Ping-pong de un distribuidor de chucherías. Esas prácticas, lo mismo que los operativos en que se detiene autobuses para bajar, revisar y palpar de armas a los pasajeros, son una forma de terrorismo de Estado de baja intensidad que logra, entre otros, dos resultados convenientes a los gobiernos de facto: por un lado, atemoriza al ciudadano común por la vía del maltrato inmerecido, y por otro, suministra una pequeña cuota de poder e impunidad que significan un paliativo a la disconformidad de elementos policiales sobreexplotados, mal equipados y mal atendidos. La Venezuela de la IV República construyó su modelo de “democracia” utilizando este tipo de mecanismos para consolidar su poder…

…¿Y la Venezuela de la V República?... Silvio Rodríguez dice: Nadie sabe qué cosa es el comunismo y eso puede ser pasto de la censura… Algo parecido ocurre con el término “Revolución”: la propaganda malintencionada de los que la adversan, encuentra su ratificación en la prédica y la práctica de los que la apoyan sin entenderla.
La Revolución, como la Sociedad Perfecta, o la Felicidad, no existen, existe el camino. Es decir, no hay una culminación en la búsqueda de la Felicidad, ni de la Revolución, siempre será posible y necesario hacer algo más. “Revolución” no tiene nada que ver con “dictadura”, “imposición”, “represión” o “violencia”. Revolución es simplemente “vuelta”, “cambio”, “movimiento” (que es “vida”)… …Y la vida sin Revolución no es vida, y la Revolución sin vida no es “Revolución”… Y la Revolución Fundamental es revolucionarse.

Estoy definitivamente convencido de que el Presidente entiende esto cada vez que dice “Revolución”, pero en la medida que avanza este Proceso y en la medida que viajo o transito por las carreteras o ciudades venezolanas, descubro con tristeza y más con enojo, cuántas cosas –en la práctica- no han cambiado nada. Y el tiempo pasa.
Es posible que se estén creando y corrigiendo los mecanismos legales para depurar los severos vicios arraigados en la parodia de democracia con que los dueños de todo engañaban al Pueblo de Venezuela. Pero el conocimiento, acceso y manejo de esos mecanismos está todavía restringido a los ámbitos técnicos y jurídicos (como el COPP), y muy poco de democracia real y práctica se aprecia en lo cotidiano.
El ciudadano común, el Pueblo, El Soberano empieza a portar consigo y leer una Constitución azul que le afirma sus derechos, pero permanece aún indefenso ante los atropellos cotidianos de cuerpos de seguridad que siguen aplicando las prácticas represivas y coercitivas de la IV República. Un derecho tan elemental como el de Libre Circulación, es cotidianamente violado en Venezuela. El ciudadano común –El Soberano- está indefenso y expuesto a ser requisado a capricho por cualquier cuerpo de seguridad, simplemente por estar circulando en la vía pública y aunque no medie una razón real o aparente.
Un dicho popular reza que “para morirse sólo es necesario estar vivo”, jugando con esta idea, podríamos asegurar que en Venezuela, “para ser abordado y requisado sólo es necesario estar caminando por la vía pública.”
Sufrir el acoso del control permanente y el interrogatorio, es una mala costumbre impresa por repetición en la conciencia del ciudadano, que acepta con excesiva tolerancia y pasividad el atropello. Y es a todas luces evidente que no se trata de prácticas llevadas a cabo por elementos rebeldes aislados, sino que forman parte de la estructura filosófica de los responsables de diseñar y ensayar otros mecanismos, y sin embargo repiten prosaicamente los operativos de la vieja Venezuela, contra los que votó El Soberano cuando eligió la Revolución propuesta por Hugo Chávez.
La buena fe se presume, la mala fe se demuestra. Esto debería ser base estructural en la formación del efectivo policial, que debe estar atento, vigilante y servicial, con el “honor como divisa” como reza el eslogan, y no tan dispuesto a desconfiar e increpar al transeúnte.
Además, el de Libre Circulación es un Derecho Constitucional que no se pierde por no portar un documento de identidad, una persona es quien dice ser, salvo que se demuestre o haya una sospecha fundada de lo contrario. En países con burocracias estatales anacrónicas, como Argentina (que además tiene una larga y terrible historia de dictaduras), el ciudadano común sale sin documentos a la calle, ya que el mayor problema que pudiera afrontar sería perderlos y tener que tramitarlos nuevamente, a nadie se le ocurre que lo va a parar un policía para pedírselos. Los documentos personales son necesarios para hacer trámites, comprar o vender cosas importantes, viajar, identificarse a la hora de un problema o accidente, situaciones excepcionales, etc…
También en situaciones excepcionales, las Fuerzas Armadas intervienen en ámbitos que son de incumbencia del Poder Civil, y en esas situaciones excepcionales se desdibujan fronteras que deben ser recompuestas perentoriamente, para evitar que la “situación excepcional” se transforme en una “normalidad” que producirá conflictos al mezclarse un poder vertical con uno horizontal, que generalmente será el más perjudicado. La Sociedad Mundial y especialmente América Latina, conocen de sobra las calamidades en que resultan esos desórdenes. La democracia venezolana arrastra este desorden como una carga más de las que componen la pesada herencia de la IV República, y tratándose de un desorden típico de los regímenes de facto, una vez más proporciona argumentos consistentes a los enemigos del Proceso, que presentan a Chávez como “dictador déspota”.

No creo que exista en el planeta una democracia perfecta donde todos los ciudadanos gocen de los mismos derechos, pero la indefensión del ciudadano común venezolano ante el atropello de cualquier uniformado no concuerda en absoluto con ninguna forma de democracia, y la continuidad de esa deformación a varios años de Gobierno Bolivariano está muy lejos de ser revolucionaria.

Ninguna Revolución Bonita, que tenga como objetivos la Solidaridad y la Igualdad, se construye a partir de la desconfianza, y es deber del Estado inculcar y vigilar la aplicación de este principio en las Instituciones. Por ejemplo, elevando al Poder de Policía hasta un sitial de protector integrado a la sociedad, y no perpetuándolo como poder represivo y antipático, ocupado en cuidar los bancos donde los ricos tienen su plata.

LA REVOLUCIÓN FUNDAMENTAL ES REVOLUCIONARSE.
IDEAS ORIGINALES CONTRA LAS VIEJAS PRÁCTICAS.
SOLUCIONES NUEVAS A LOS VIEJOS PROBLEMAS.
EQUIVOQUÉMONOS POR ENSAYAR, NO POR REPETIR.

Desde Mérida, República Bolivariana de Venezuela, Arturo Arce




domingo, 21 de abril de 2013

Alquimia

En Tokio

Paulo Coelho



Ilustración Vanessa Balleza vanessa@ballezarte.com.ve Traducción Juan Campbell-Rodger / www.paulocoelhoblog.com

El periodista japonés me hace la pregunta de siempre: ­¿Y cuáles son sus escritores favoritos? Yo doy la respuesta de siempre.

­Jorge Amado, Jorge Luis Borges, William Blake y Henry Miller.

La traductora me mira asombrada: ­¿Henry Miller? Pero enseguida se da cuenta de que su papel no es el de hacer preguntas, y sigue con su trabajo. Al final de la entrevista, quiero saber por qué se sorprendió tanto de mi respuesta. Le digo que aunque Henry Miller no sea hoy quizá un escritor "políticamente correcto," a mí me abrió las puertas a un mundo gigantesco.

­No critico a Henry Miller; soy también admiradora suya ­responde ella­. ¿Sabía usted que estuvo casado con una japonesa? ­La japonesa se llama Hoki ­respondo orgulloso­. Sé también que en Tokio existe un museo dedicado a las acuarelas de Miller.

­¿Le gustaría conocerla esta noche? ¡Vaya una pregunta! Pues claro que me gustaría estar cerca de alguien que convivió con uno de mis ídolos.

Me imagino que recibe visitas de todo el mundo, solicitudes de entrevista... Al fin y al cabo, estuvieron casi 10 años juntos. ¿No resultará muy difícil pedirle que pierda su tiempo con un simple admirador de su marido? Pero si la traductora dice que es posible, podemos confiar en ella. Los japoneses siempre cumplen su palabra.

Aguardo con ansiedad durante el resto del día, subimos a un taxi, y todo comienza a parecer extraño.

Nos paramos en una calle donde nunca debe de dar el sol, ya que por encima pasa un viaducto. La traductora señala un bar vulgar y corriente en el segundo piso de un edificio que se está cayendo a pedazos. Subimos las escaleras, entramos en el bar, completamente vacío, y allí está Hoki Miller.

Disimulando mi sorpresa, intento exagerar mi entusiasmo por su ex-marido. Ella me conduce a una sala que hay al fondo, donde ha creado un pequeño museo: algunas fotos, dos o tres acuarelas firmadas, un libro con dedicatoria, y nada más. Me cuenta que lo conoció cuando hacía el doctorado en Los Angeles y, para ganarse la vida, tocaba el piano en un restaurante, cantando canciones francesas (en japonés). Miller fue allí a cenar, le encantaron sus canciones, salieron unas cuantas veces juntos, y él le propuso matrimonio.

Observo que en el bar donde nos encontramos hay un piano, como si ella quisiera volver al pasado, al día en que se conocieron. Me cuenta anécdotas deliciosas de su vida en común, de los problemas debidos a la diferencia de edad entre los dos (Miller tenía más de 50 años; Hoki no había cumplido 20), del tiempo que pasaron juntos. Me explica que los herederos de otros matrimonios se quedaron con todo, hasta con los derechos de autor. Pero eso no tiene importancia: lo que ella vivió está más allá de la compensación financiera.

Le pido que toque la misma música que, muchos años atrás, tanto atrajo a Miller. Ella lo hace con lágrimas en los ojos, y canta "Hojas muertas".

"No valía la pena luchar por la herencia: bastó el amor", dice al final, entendiendo lo que sentíamos.

Sí, por la completa ausencia de amargura o rencor, comprendo que bastó el amor.