domingo, 2 de mayo de 2010

Qué hacer y qué no hacer en estos tiempos de luz

Clásicos Gerenciales
Qué hacer y qué no hacer en estos tiempos de luz

Juan Carlos Caramés

En los últimos meses, todos hemos sido víctimas de los frecuentes y anunciados, ya programados cortes de corriente eléctrica en Venezuela. No me quiero referir a la parte técnica de este problema, sino a las consecuencias conductuales que este fenómeno está ocasionando en muchos venezolanos.

Es algo nuevo, por supuesto no deseado y hasta rechazado. Todos sabemos las razones de esta problemática, de las cuales no trata este artículo, pero en mis conferencias cuando pregunto “¿Qué sentimientos te generan, cuando estás tranquilo en tu casa, en el trabajo o divirtiéndote, estos cortes programados de corriente eléctrica?”. De inmediato se escucha como una especie de rugido que sale de entre los dientes y poco a poco la gente empieza a pronunciar correctamente sus respuestas. Quiero destacar las que más comentan:

- Me llena de fastidio.

- Rabia, me enciendo de calentura.

- Siento profunda frustración e impotencia.

- Un sentimiento de pérdida de tiempo.

- Decepción y desesperanza.

- Flojera, inactividad y pasividad.

- Temor y miedo.

- Disconformidad.

- Incapacidad e impotencia.

- Incertidumbre con decepción.

- Indignación y vergüenza.

- Inoperatividad e inapetencia.

- Amargura llena de molestia.

- Impaciencia, pena y melancolía.

- Intranquilidad y desasosiego.

- Desaliento, ansiedad y hastío.

- Odio, desprecio y rencor.

- Repugnancia y desolación.

¿Qué podemos hacer al respecto, para dejar de sentir así?

Como podemos observar es larga e impactante la lista de las percepciones que he encontrado. Pero lo que me llama poderosamente la atención, es la fuerte tendencia de sentimientos que minimizan y justifican comportamientos de paralización. Es como que si de verdad, también a nosotros nos desconectaran (o permitimos desconectarnos).

Es recomendable reflexionar sobre esta situación y evitar que estos sentimientos dominen tu reaccionar. Sabemos que no es sencillo buscar una postura distinta ante semejante realidad, pero “Tu Realidad Interior” sí la puedes administrar. Sí puedes cambiar tus reacciones, sí puedes disminuir el tiempo que inviertes en hervir tu sangre cada vez que un corte de energía eléctrico ocurre. Sé que con esto no vas a resolver el problema, pero sí garantizarás no enfermarte en el corto plazo por afectar tu sistema inmunológico. Los cortes son frecuentes y cada vez que ocurren, estás aumentando la intensidad de la rabia que estás reflejando ante tal situación. Ello afecta tu humor, optimismo, positivismo, tus ganas de accionar y generar la energía que enciende la pasión de tu vida. Nunca permitas que nada ni nadie te quite la chispa que ilumina tu existencia.

En otro sentido, así como hago la pregunta del sentimiento que genera esta situación en los participantes, también aprovecho para hacer otras interrogantes... Una de ellas es “¿Qué haces cuando se va la luz?”

Estas son algunas de las centenares de respuestas que recibo:

- Invertir tiempo en hablar con la familia, hasta que llegue nuevamente la electricidad.

- Salir a la calle, para hacer pasar el tiempo.

- Miro las estrellas y los aviones que pasan.

- Me relajo.

- Me da mucho sueño y me pongo a dormir.

- Jugar con aparatos electrónicos de pilas.

- A esperar a esperar.

- Me pongo a ordenar, limpiar, hacer algo que no dependa de la electricidad.

- A leer.

- Miro el reloj a ver pasar el tiempo.

- Me pongo a pensar en las cosas pendientes a nivel personal.

- Salgo a comer afuera.

- Trabajo en mi computadora portátil.

- Juego con mis hijos.

- Por un buen rato no hago nada de la rabia que me genera lo que está pasando.

Si analizamos, en profundidad, los argumentos planteados, podemos concluir que mucha gente se está convirtiendo en un profesional de la perdedera del tiempo, en un licenciado del arte del postergar, en una magíster de la flojera y en un ejecutivo de la complacencia.

Evita caer en esta tentación.

Cuida que no te atrape la cultura de acostumbrarte a desperdiciar el recurso más intocable que tenemos los seres humanos, “El Tiempo”. Es muy cortico, a veces no pasa de 600.000 horas de vida. Por el contrario, dedícate a reinvertirlo mejor, a sacar un distinto provecho ante esta dificultad.

Modifica tus horarios, reencuadra actividades, deja para los cortes de corriente eléctrica esas cosas que sí puedes hacer a la luz de una vela o linterna. Pero evita dedicarte a hacer nada, a generar un nuevo estilo de costumbre que te convertirá en su “Ser Menos”.

Para mí, la problemática de los cortes de electricidad es que está dejando sin energía de vida a muchos venezolanos, está alterando su capacidad de ganas (los está como apagando), y se está engendrando nuevos vicios que afectan su calidad de trabajo.

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