domingo, 21 de julio de 2013

A CUALQUIERA LE PUEDE PASAR

Clásicos Gerenciales
A cualquiera le puede pasar…
Por: Juan Carlos Caramés Paz
Vive hoy, que es lo único que siempre tenemos…
Un día normal, como cualquiera, un hombre murió intempestivamente…
Al darse cuenta vio que se acercaba un Ser muy especial que no se parecía a ningún Ser Humano. LLevaba una maleta consigo, la cual le llamó poderosamente la atención.
De la nada, el Ser diferente pronunció unas palabras, diciéndole: Bien amigo mío, es hora de irnos, soy la muerte…
El hombre asombrado le preguntó a la muerte: « ¡Ya… tan pronto! Tengo muchos planes por ejecutar todavía.
Lo siento amigo, pero es el momento de tu partida.
¿Qué traes en esa maleta? Y la muerte le contestó: « Tus pertenencias… »
¿Mis pertenencias?
¿Son mis cosas, mis ropas, mi dinero?
Lo siento amigo las cosas materiales que tenías, nunca te pertenecieron, eran de la tierra.
¿Traes mis recuerdos?
Lo siento amigo,  esos ya no vienen contigo. Nunca te pertenecieron, eran del tiempo, y en el tiempo se quedaron.
¿Traes mis talentos?
Lo siento amigo pero esos nunca te pertenecieron. Eran de las circunstancias.
¿Traes a mis amigos, A mis familiares?
Lo siento amigo pero ellos nunca te pertenecieron, eran del camino.
¿Traes a mi mujer y a mis hijos?
Lo siento amigo, ellos nunca te pertenecieron. Eran de tu corazón.
¿Traes mi cuerpo?
Lo siento amigo, ese nunca te perteneció, es propiedad de la tierra.
¿Entonces, traes mi alma?
Lo siento amigo pero ella nunca te perteneció… era del Universo.
Entonces el hombre lleno de miedo arrebató  a la muerte  la maleta y al abrirla, se dio cuenta que estaba vacía. Con una lágrima de desamparo, brotando de sus ojos, el hombre le dijo a la muerte: ¿Nunca tuve nada? Sí… amigo mío… cada uno de los momentos que viviste fueron sólo tuyos.
La vida es sólo un momento, un momento todo tuyo, disfrútalo en su totalidad. Por eso Vive el AHORA, Vive tu VIDA. Quizá mañana esto no vuelva a ocurrir.
Todos tenemos momentos, pero hay veces que los dejamos escapar, otros que los estropeamos y algunos, que ni sabemos si son los más importantes. Por todo ello, es bueno que nunca olvides las siguientes recomendaciones…
Puedes tener defectos, vivir ansioso y estar irritado algunas veces, pero no te olvides que tu vida es la mayor empresa del mundo. Solo tú puedes evitar que ella vaya en decadencia.
Hay muchas personas que te precisan, admiran y te quieren. Me gustaría que siempre recordaras que ser feliz no es tener un Cielo sin tempestades, caminos sin accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones.
Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros. Ser feliz no es solo valorizar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza.
No es apenas conmemorar un suceso, sino aprender lecciones en los fracasos. No es apenas tener alegría con los aplausos, sino encontrar alegria en el anonimato.
Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafios, incomprensiones y períodos de crisis.
Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista de quien sabe viajar por dentro de su propio ser. Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y volverte un actor de la propia historia.
Es atravesar desiertos fuera de si, más ser capaz de encontrar un oasis en lo recóndito de nuestra alma.
Es agradecer a DIOS cada mañana, por el milagro de la vida.
Ser feliz es no tener miedo de los propios sentimientos. Es saber hablar de tí mismo. Es tener coraje para oir un “NO”. Es tener seguridad para recibir una critica, aunque sea injusta. Es usar las lágrimas para regar la intolerancia.
Es besar a los hijos, mimar a los padres y tener momentos poéticos con los amigos,  aunque a veces ellos nos hieran. Es tener madurez para decir “ME EQUIVOQUE”. Es tener la osadia para decir “PERDONAME”. Es tener sensibilidad para expresar “TE NECESITO”. Es tener capacidad de decir “TE AMO”.
Ser feliz, es enfrentar el temor, y llenarlo de un significado, como el que una vez escribió Ernest Hemingway :
“Temía estar solo, hasta que aprendí a quererme a mí mismo. Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso cuando no lo intento. Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta que de todos modos opinan.
Temía me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mi mismo. Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer. Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía al odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia. Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mí mismo. Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.
Temía al pasado, hasta que comprendí que es sólo mi proyección mental y ya no puede herirme más. Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella. Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar”.
Hay que vivir ligero porque el tiempo de morir está fijado.

viernes, 28 de junio de 2013


Alquimia

Conversaciones y luchas con Dios

Paulo Coelho



Ilustración Vanessa Balleza vanessa@ballezarte.com.ve Traducción Montserrat Mira / www.paulocoelhoblog.com

En uno de mis libros, La quinta montaña, el personaje principal se rebela contra los designios de Dios y decide no escucharlo más. Me inspiré en un pasaje bíblico, cuando Jacobo lucha con Dios dentro de una tienda y solo le deja partir después de que Él lo bendice.

Del mismo modo que un joven sano necesita tener la dosis de rebeldía suficiente para enfrentarse a sus padres e imponer su leyenda personal, Dios también desea que ejerzamos el poder de nuestras decisiones.

Es muy fácil transferir la responsabilidad a los otros (o a Él) sólo para después culpar al mundo de la injusticia que nos rodea y del fracaso en nuestro interior. Pero ¿a dónde nos lleva esto? A ninguna parte.

Dios nos escucha. Dios nos toma en serio. Vale la pena recordar aquí otro episodio bíblico en el que esta facultad está claramente descrita: En el libro del Génesis (18:22-33) el Todopoderoso decide avisar a Abraham que destruirá Sodoma y Gomorra. Abraham no lo acepta: ¿por qué los inocentes deben ser sacrificados junto con los pecadores? Abraham va más lejos. Dice: "¿Cómo osáis hacer tal cosa, matar al justo junto con el impío?".

Y exige que Dios se comprometa a no destruir la ciudad si allí vivieran 50 justos. Dios se compromete, Abraham regatea diciendo que sería absurdo, en el caso de que faltaran solo 5 para formar los 50 justos, que Él tomara tal decisión. Dios acepta no destruir la ciudad si allí vivieran 45 justos, o 30, o 20, o 10... Dios acepta cada uno de los argumentos de Abraham y promete cambiar de idea.

Sabemos que, en la Biblia, Dios destruye Sodoma y Gomorra, y apenas salva a una familia. Pero, antes de tomar esta decisión, Él estaba abierto al diálogo.

Temer a Dios no significa tener miedo de Dios.

Dios está mucho más abierto a una conversación de lo que imaginamos; basta solo comenzar el diálogo.

La reflexión De Frederick Buechner ( The Magnificent Defeat) "Dialogamos con Dios a través de la oración. Rezar es quebrar el silencio, es la necesidad de reconocer y ser reconocido. El rezo es el sonido creado por lo más profundo de nuestros sentimientos.

"No me estoy refiriendo apenas a los rezos formales que decimos en la iglesia o en el cuarto, antes de dormir. Yo hablo de los fragmentos de oración que las personas usan incluso diciendo que no creen en nada, sin siquiera notar que están rezando. Algo inesperado sucede y las personas dicen: `¡Dios mío!’, o `¡Virgen santa!’, y allí hay un rezo, muchas veces oculto.

"La oración es un instinto humano de abrirse a aquello que tiene de más profundo. Es imposible evitar ese instinto. De una forma u otra, todas las personas rezan y rezarán desde el comienzo de los tiempos".

Otro nombre Un hombre se dirigió a su amigo: - Hablas de Dios como si lo conocieras personalmente, y hasta supieras el color de sus ojos.

¿Por qué esta necesidad de idear algo en lo que creer? ¿Cómo es que no puedes vivir sin eso? -¿Tú tienes alguna idea de cómo fue creado el universo? ¿Sabes explicar el milagro de la vida? -Todo lo que nos rodea es fruto de la casualidad.

Las cosas suceden.

-De acuerdo. Entonces, "las cosas suceden" es apenas otro nombre de Dios.


Inspirulina

Todo lo demás es pasajero Cuando más allá de la tormenta sientes un vínculo que supera todos los truenos, sabes que existe una energía que honrar y ante la cual rendirte.





Eli Bravo



Ilustración Alejandro Ovalles jaoc28@yahoo.com

Hay conversaciones que preferiría no tener. Por ejemplo, las que tengo en mi cabeza cuando estoy peleado con mi esposa. Aparte de predecibles, estos diálogos mentales suelen tomar caminos largos y tortuosos que por lo general me llevan a un callejón sin salida.

Imagino que conoces la dinámica: recuerdas algo que te dijeron, elaboras una respuesta, especulas la siguiente frase y en menos de un minuto estás con un humor de perros.

Y todo ocurre mientras te duchas, sin cruzar palabra o miradas con la otra persona.

Nada mejor que los malos momentos para poner en práctica las cosas buenas que hemos aprendido.

Escribir sobre bienestar y armonía es un paseo cuando estoy del humor más brillante; pero es en las zonas opacas donde debo echar mano a las reservas.

Practica lo que pregonas, me digo a mí mismo, y en ese momento hago el ejercicio de meterle freno al diálogo interno y ver las cosas tal y como son.

Por supuesto que no es como bajar un interruptor.

Esta vez pasamos varios días bailando el guaguancó de las miradas torcidas. Ni siquiera besito antes de dormir. Y te aseguro que no salió a flote la mejor versión de mi ser.

En ese tiempo de pelea sucedió además otra cosa: se me alborotó el velcro en la cabeza. Me explico: nuestra mente tiene la capacidad de funcionar como un velcro cuando se trata de experiencias y recuerdos negativos; en cambio, para los asuntos más felices y positivos se comporta como un teflón. De cierta forma lo malo se pega y lo bueno nos resbala.

La psicología evolutiva indica que esta fue una herramienta de supervivencia durante decenas de miles de años. Nuestros ancestros habitaban un mundo peligroso y debían mantenerse alerta y recordar las amenazas a menos que quisieran pasar la noche en la barriga de un depredador. Pero ahora que no huimos de las bestias (al menos de aquellas bestias) aún conservamos la tendencia a fijar la atención en lo malo.

Te pongo un ejemplo. Ante una pared blanca con una manchita negra, ¿qué ves? Inútil decirlo, durante los días de pelea veía un inmenso agujero negro en el universo blanquito de nuestro amor.

Y entonces pasaron varias cosas. Hablamos. Discutimos. Seguimos hablando. Volvimos a discutir.

Nos abrazamos. Nos vimos realmente, y lo más importante (al menos para mí), le dije al playlist so- nando en mi cabeza que metiera pausa. Esa no era la conversación que quería tener, sino la real, con ella.

Porque teníamos cosas que decirnos, pero sobre todo, que escucharnos.

Además saqué el foco de atención del agujero para observar todo el universo y descubrí (una vez más) que el presente es mucho más rico y amoroso de lo que me enfrasco en observar. En perspectiva esta pelea fue apenas un instante del que podíamos sacar algún aprendizaje, y si no era el caso, era uno de los vaivenes naturales tras una década haciendo vida juntos.

Ahora que los pies se entrelazan de nuevo bajo las sábanas me convenzo de que lo mejor de la pelea no es la reconciliación, sino la oportunidad de conocer (nos) mejor y explorar (nos) más a fondo.

Cuando más allá de la tormenta sientes un vínculo que supera todos los truenos, sabes que existe una energía que honrar y ante la cual rendirte. Todo lo demás es pasajero.

lunes, 24 de junio de 2013

Feliz dia, regreso a mis blogs, a continuar expresando lo que considero prudente. Ya no estoy en facebook, asi que ahora los que quieran leerme, aqui tendran una buena oportunidad de hacerlo.

sábado, 15 de junio de 2013

Clásicos Gerenciales
Repotencia tus ganas para lo que sea
Por Juan Carlos Caramés Paz
“La manera de funcionar de tu mente sin duda te afecta. Pienses que la vida es fácil o pienses que la vida es dura, en ambos casos acabarás por tener razón”…Ernie Zelinsky
 ¿Con quién estás caminando hoy? 
¿Con quién estás compartiendo tus almuerzos, tus salidas, tu tiempo? 
De la calidad de las relaciones que establezcamos dependerá directamente el nivel de éxito que experimentemos. Y, de la calidad de la conversación que sostengas, sobre todo, esas que duran más de diez minutos, no solo influenciarás la potencia de tu ánimo, sino también la energía de un éxito futuro. 
Muchos de los esfuerzos y las energías de que disponemos para encarar un proyecto, un sueño (aunque sea factible o increíblemente imposible) se derrumbarán si nos alineamos a personas inadecuadas, a personas negativas, que hasta intoxican una conversación. Habrá quienes se propondrán amargarte la vida (y hasta decirte que nunca lo lograrás) y otras que serán tus mentores y te ayudarán a subir un escalón más. 
André Maurois dijo una vez... “Los seres más mediocres pueden ser grandes sólo por lo que destruyen”. Muchas veces somos el promedio de las cinco personas, con las cuales pasamos más tiempo. Por ello es bueno revisar con quién caminas hoy, y con quién deseas hacerlo mañana. 
Analiza tus relaciones: ¿Quiénes te han estado acompañando hasta hoy? 
¿Has avanzado? 
¿Te has estancado? 
¿Qué logros has adquirido? 
¿Has ganado oportunidades o perdido beneficios que ya habías adquirido? 
¿El balance es positivo o negativo? 
Durante años nos dispusimos a sobrevivir, nos subimos a la máquina todos los días y desde allí avanzamos sin discernir la calidad de relaciones que a diario íbamos estableciendo y el efecto que éstas producían. 
¿Cuántas veces establecimos pactos, sociedades o convenios que nos paralizaron? 
Charles Handy dice: “No todo el mundo va a optar por experimentar con su propia vida. Es demasiado arriesgado. Resulta triste, porque entonces estamos condenados a vivir en cajas que nosotros mismos nos hemos fabricado o que hemos permitido que otros fabriquen para nosotros”. 
Tal vez, las relaciones interpersonales que hoy tienes interfieren en el resultado de tus objetivos. Esto no implica necesariamente que las personas en cuestión tengan malas intenciones, sino que llegaron a un tope y allí decidieron quedarse, permanecer seguras y tranquilas en lugar de seguir soñando. 
Los científicos afirman que una persona media elabora al día entre setenta mil y noventa mil pensamientos. Si decidiéramos ejecutar tan sólo uno o dos por día, ¿te imaginas los resultados que obtendríamos? Confía en tu instinto y no te detengas. Si te equivocas, levántate y sigue. 
Kevin Nelly dice: “Respeta tus errores. Un truco sólo da resultado durante cierto tiempo, hasta que todos los demás aprenden a hacerlo. Para avanzar se necesita un nuevo juego”. 
¿Qué decidirás ser hoy? ¿Un ganador o un conformista? Dependerá de ti. 
¿Quiénes aceptarás que te acompañen en este nuevo proceso? Dependerá de ti. 
¿Quiénes formarán parte de tu red de relaciones interpersonales? Dependerá de ti. 
En cualquier trabajo, la diferencia entre ser grande o ser mediocre, estriba en poseer o no la imaginación y el entusiasmo para re-crearse uno mismo todos los días. 
Tenemos por delante una gran tarea: transformar nuestra red de relaciones interpersonales, alejarnos de aquellos que son negativos y pesimistas, y sumar a los que tienen una mente abierta al cambio, frescura a la superación y a la mejora continua. Cuanto mayor sea su red de relaciones, cuantas más personas conozcas, más poder e influencias irás acumulando a tu favor y servicio, para todo lo que te propongas en la vida. 
Por todo ello, hacemos una pequeña recomendación: 
- Acude a las fiestas, exponte para que conozcas y te conozca. 
- No desperdicies una sola comida sin compañía: cerca de 40 semanas de trabajo al año, quitando fiestas, dan 200 oportunidades para establecer relaciones al mediodía. 
- Estudia hasta el último extremo todo lo referente a tus relaciones. 
- Gana credibilidad “desde fuera hacia dentro”, evitando así el politiqueo interno: hazte tan indispensable para los de afuera, que los de dentro no puedan atreverse a tocarte ni con guantes. 
Las personas huelen el compromiso personal (o la falta de él) desde una milla de distancia. 
Devuelve las llamadas lo antes posible. 
Estás capacitado para revertir cualquier situación, romper con la mediocridad y ser el profesional, el hombre o la mujer exitosa que está dentro de ti. 
 ¡Claro que lo puedes hacer! 
 “Solo una persona conformista está siempre en su mejor momento”. William Somerset Maugham
@juanccarames
juancarloscaramespaz@gmail.com