domingo, 13 de febrero de 2011

Diálogos con el Maestro (I)

Alquimia

Diálogos con el Maestro (I)


Paulo Coelho
--www.paulocoelhoblog.com




El viaje.

Durante mi reciente traslado a un departamento nuevo, descubrí una serie de notas de conversaciones mías con J., miembro de la orden R.A.M., una pequeña cofradía dedicada a estudiar la tradición oral y el lenguaje simbólico del mundo. Estas notas cubren nuestros encuentros desde febrero de 1982 hasta 1997.

Recientemente le pregunté si podría compartir parte de estos textos; estuvo de acuerdo, así que dedicaré las próximas cinco columnas a describir algunos de nuestros encuentros (período 19821986). Transformé los textos en diálogos para su mejor comprensión, así que las palabras de J. no son exactamente las que él usó, aun cuando el contenido sea absolutamente fiel a lo que escuché. Los textos no están en el orden exacto.

­Dices que hacer el Camino de Santiago es importante. Para hacerlo, necesito abandonar todo durante algún tiempo: familia, empleo, proyectos. Y no sé si encontraré la misma situación a mi regreso.

­Espero que no la encuentres.

­Entonces, ¿debo arriesgarme a perder todo lo que conseguí hasta ahora? ­¿Perder qué? Un hombre solo puede ganar o perder su alma: aparte de la vida, no posee nada más. No importan las vidas pasadas o futuras ­por el momento estás viviendo ésta, y debes hacerlo con comprensión silenciosa, alegría y entusiasmo.

­Yo tengo una mujer que amo.

­Esta es siempre la disculpa más común, y la más tonta posible. El amor nunca impidió a un hombre seguir sus sueños. Si ella realmente te ama, deseará lo mejor para ti. Además, tú no tienes una mujer que amas; la mujer no es tuya. Lo que es tuyo es la energía del amor que proyectas hacia ella. Puedes seguir haciendo eso en cualquier otro lugar.

­¿Y si yo no tuviera dinero para hacer la peregrinación? ­Viajar no es siempre una cuestión de dinero, sino de valor. Pasaste gran parte de tu vida recorriendo el mundo como hippie; ¿qué dinero tenías, entonces? Ninguno. Apenas alcanzaba para pagar el pasaje, e incluso así pienso que fueron algunos de los mejores años de tu vida. Cuando viajas ­y no me refiero al turismo, sino a la experiencia solitaria del viaje­ cuatro cosas importantes suceden en tu vida:
a) Estás en un lugar diferente. Entonces, las ba
rreras protectoras ya no existen. Al principio esto da mucho miedo, pero al poco tiempo te acostumbras y pasas a entender cuántas cosas interesantes existen más allá de los muros de tu jardín.


b) Estás más abierto hacia personas con quienes
normalmente no cambiarías palabra si estuvieras en tu casa.


c) Tú pasas a depender de los otros para todo.

d) Estás hablando un idioma que no compren
des, usando un dinero cuyo valor desconoces, caminando por calles por donde nunca estuviste.

Sabes que tu antiguo Yo, con todo lo que aprendió, es absolutamente inútil ante estos nuevos desafíos, y empiezas a descubrir que, enterrado allá en el fondo de tu inconsciente, existe alguien mucho más interesante y aventurero.

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