lunes, 10 de enero de 2011

Transformados por la verdad

Transformados por la verdad

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La verdad nos transforma.
El crecimiento espiritual es el proceso de reemplazar las mentiras con la verdad. Jesús oró, ”Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad." La revelación es necesaria para la santificación. El Espíritu de Dios usa la Palabra de Dios para hacernos como el Hijo de Dios. Para ser como Jesús, tenemos que llenar nuestras vidas con su Palabra. La Biblia dice, "A través de la Palabra somos completados y moldeados para las tareas que Dios tiene para nosotros” (2 Timoteo 3:17).
La Palabra de Dios es diferente a cualquier otra palabra. Está viva. Jesús dijo, "Las palabras que les he hablado son espíritu y son vida." Cuando Dios habla, las cosas cambian. Todo a su alrededor – toda la creación – existe porque "Dios dijo." El sólo habló y todo empezó a existir. Sin la Palabra de Dios usted ni siquiera estaría vivo. Santiago señala: "Dios decidió darnos vida mediante la palabra de la verdad para que fuéramos lo más importante de todas las cosas que hizo" (Santiago 1:18).
La Biblia es mucho más que una guía doctrinal. La Palabra de Dios genera vida, crea fe, produce cambios, atemoriza al diablo, causa milagros, sana heridas, forma el carácter, transforma circunstancias, imparte gozo, vence la adversidad, derrota la tentación, infunde esperanza, da poder, limpia nuestras mentes, hace que cosas existan, ¡y garantiza su futuro para siempre! ¡No podemos vivir sin la Palabra de Dios! Nunca la descuide. Debería de considerarla tan esencial para su vida como el alimento. Job dijo, "He atesorado las palabras de su boca más que mi pan diario."
La Palabra de Dios es la nutrición espiritual que tiene que tener para cumplir su propósito. La Biblia es llamada nuestra leche, nuestro pan, nuestra comida sólida y nuestro postre. Este banquete de cuatro platos es el menú del Espíritu Santo para la vitalidad espiritual y el crecimiento. Pedro nos aconseja, "Tengan ganas muy fuertes de leche espiritual, a fin de que mediante ella puedan crecer en su salvación" (1 Pedro 2:2).
En la actualidad existen más Biblias en imprenta que nunca, pero una Biblia en un librero no sirve de nada. Millones de creyentes padecen de anorexia espiritual, muriéndose de hambre debido a la malnutrición espiritual. Para ser un discípulo robusto de Jesús, alimentarse de la Palabra de Dios tiene que ser su primera prioridad. Jesús llamó esto "permanecer". El dijo, "Si permanecen en mi palabra, entonces son verdaderamente discípulos míos".
Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Juan 8:31-32
Tomado del Libro Vida Con Propósito
Autor: Rick Warren

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